lunes, 1 de octubre de 2012

La Tabla Esmeralda, de Carla Montero.


 A petición de su novio, Konrad, un riquísimo y poderosísimo empresario alemán, Ana va tras la pista de El Astrólogo, un cuadro de Giorgione del s. XV. En su investigación descubre el pasado del París ocupado por los nazis y la saga familiar de los Bauer, encargados de velar el secreto que oculta esa obra a lo largo de los siglos.  Dos historias de amor separadas en el tiempo pero unidas por el misterio de un cuadro desaparecido. Un peligroso juego de amenazas e intereses ocultos que cambiará la vida de los protagonistas para siempre.
Acabo de cerrar este, tanto fantástico como pesado – dos kilos más o menos–, libro. Tengo una sonrisa de oreja a oreja y estoy llena de la emoción. Simplemente: Me ha encantado! Te atrapa desde la primera página, y lo más difícil: mantiene el ritmo hasta la última, ha superado mis expectativas.

He leído otros libros como este, historias de aventuras, intriga y objetos misteriosos, como El ocho, La llave de Sarah, o últimamente Dime quién soy de Julia Navarro. Si os habéis leído el de Julia, este os encantará. Es un libro largo, pero desde el principio al fin, no pierde ni por un solo instante la coherencia, el equilibrio, la causa y el efecto.

 La historia comienza en la Florencia 1492 en donde un joven pintor se ve envuelto en una trama que se ha desarrollado a lo largo de muchos siglos. Aquí encontramos a Lorenzo de Médicis, El Magnífico, mecenas de Florencia, en su Villa Careggi, y al maestro Bellini, a cuyas órdenes trabajaban, entre otros, Botticelli o Michel Ángelo. Hasta allí es enviado el joven Giorgione para entregarle al mecenas un pergamino que contiene algo muy valioso. Cuatro siglos después, en agosto de 1941, Hitler tiene sobre su mesa un archivo que contiene una carta fechada en Florencia el 15 de noviembre de 1942.
Todo el libro girará en torno a la búsqueda de un cuadro llamado “El astrólogo” de Giorgione, pintor renacentista rodeado de un cierto misterio pero debo decir que el cuadro nunca existió, eso forma parte de la ficción de la novela, pero como dijo su autora, era un pintor que por estar rodeado de ese misterio casaba muy bien con el misticismo y esoterismo que tanto gustaba a los Nazis y en especial a Hitler quienes tienen un papel muy importante en esta historia, al parecer el cuadro esconde un secreto que podría cambiar el mundo y del que todos quieren apropiarse.

La novela se divide en dos partes, la que se centra en la ocupación alemana y la que se desarrolla en la actualidad:

París, 1942. Una joven judía, Sarah Bauer (una joven judía a la que le toca madurar muy rápido) se esconde con su familia en la capital francesa después de huir de los nazis que se han llevado a su padre. Es una joven muy frágil al comienzo pero que va ganando con el tiempo confianza lo que le permite entrar en la resistencia francesa y actuar en alguna que otra operación. En Paris intentará pasar desapercibida trabajando en una librería y saliendo de vez en cuando con Jacob, un joven judío que trabajaba en las caballerizas de su familia y que la protege desde el primer momento. A pesar de lo bien que se porta con ella no puede traspasar el límite de la amistad, y nunca lo ha mirado con amor. También está Marion una joven francesa muy suelta que también ayuda a la resistencia de un modo particular. No podemos olvidarnos de la abuela de la joven, todo un personaje acartonado y caduco pero con el poder de hacer mucho daño.
La de vida de Sarah en Paris no es fácil, los alemanes están por todas partes y cuando se llevan a la única familia que aún le quedaba su terror aumenta más.  Sobre todo cuando descubre que la están buscando por culpa de un cuadro que es propiedad de su familia desde hace años y que su padre le mandó guardar antes de que se lo llevaran. Esta parte historia está muy bien planteada. Tiene un gran ritmo narrativo y las dosis justas de acción, emoción y de pasiones encontradas.
Conoceremos la obsesión de los nazis por las reliquias de poder, el expolio de las obras de arte de los judíos, la opresión en la Francia ocupada, la actuación de la Resistencia, y las encrucijadas morales de unos personajes entre los que destaca el oficial Georg. El personaje de Georg es de los más atractivos de la novela por su complejidad psicológica, un hombre valiente que no deja de cuestionar lo que sucede a su alrededor y de cuestionarse a sí mismo.



Madrid, en la actualidad. Hasta que El Astrólogo (la obra de arte en cuestión) se cruzó en su camino, Ana, una joven historiadora del arte del Museo del Prado, llevaba una vida tranquila junto a Konrad, un rico empresario y coleccionista de arte alemán. Pero una carta escrita durante la Segunda Guerra Mundial los pone sobre la pista del misterioso cuadro atribuido a Giorgione, el enigmático pintor del Renacimiento. Alentado por el enorme valor de El Astrólogo, Konrad convence a Ana para embarcarse en su búsqueda. La joven, consciente de todas las dificultades que se le presentan, pedirá ayuda al doctor Alain Arnoux de la Universidad de la Sorbona, especialista en localizar obras de arte expoliadas por los nazis. Ambos comienzan la labor de investigación que, según la documentación que irán encontrando les hará realizar una serie de viajes, buscando pistas que les acerquen al cuadro de Giorgione. Ana se encontrará con más personajes en su historia. Teo, un gay que vive en pareja con Toni, y que son vecinos de la protagonista. Este le da un punto de humor a la trama con sus comentarios que nos hacen sonreír cada vez que entra en escena. Camille, poseedora de una galería de arte y que gustaba relacionarse con la alta sociedad; la familia del doctor Arnoux , la  viuda Debousse y una organización, de la que poco se conoce: PosenGeist.

 Ana, es una mujer resuelta, su actitud está siempre justificada y carga perfectamente con el peso de la historia. Es fácil identificarse con ella, sin grandes rasgos de personalidad. . Lo que ella jamás se imaginó es que su vida fuera a dar un giro totalmente inesperado, encontrándose a sí misma y afrontando situaciones que antes era incapaz. En esta parte  la figura mas interesante es la del profesor Alain, cuya historia pasada es la mas interesante de todas.

Hay un cierto paralelismo entre la investigadora Ana García y Sarah Bauer. Son dos mujeres indecisas que necesitan de alguien que les proteja pues no saben actuar por ellas mismas. Pero a lo largo de la novela vemos cómo su personalidad cambia, madura. El trabajo que va realizando y los acontecimientos que se suceden influyen en su personalidad. Las investigaciones le confirman que algo importante hay realmente detrás del cuadro y se da cuenta de que debe de seguir hasta el final. Ya no es aquella mujer indecisa. Quiere hacerle ver a Konrad que sabe valerse por sí misma pese a los obstáculos que se encontrará en el camino. El doctor Arnoux que también encierra su misterio. Se ofrece a trabajar con Ana en la búsqueda del cuadro pero por otros motivos distintos. Ana duda de su lealtad. Pero Alain le relata su historia. Konrad Köller, es un acaudalado empresario, coleccionista de obras de arte. Todo lo que le guste tiene que conseguirlo a cualquier precio. Su poder económico le hace sentirse superior ante los demás. Es un personaje al que por su forma de ser y actuar se llega a sentir aversión.

 Lo que nos vamos a encontrar no es una fresca y ágil narración llena de recovecos y calles sin salida. Lo que tenemos al comienzo  es toda una serie de siglas, instituciones, fundaciones y más siglas que solo nos indican que los documentos de la II Guerra Mundial están repartidos por media Europa. Las historias dejan de ser independientes para ser absolutamente complementarias, convirtiéndolo en un engranaje perfecto donde todas las piezas por pequeñas e insignificantes que parezcan, hacen que todo tenga sentido y funcione a las mil maravillas.

Sin embargo, la forma de narrar de la autora es fluida, con una amplia documentación en sus páginas, algo que se agradece pues cuando lees una historia ambientada en épocas importantes es interesante que te den detalles que puedas desconocer y puedas sumergirte en la época..
La acción que se desarrolla en el París es la más brillante y la que hace disfrutar de una lectura de verdadera calidad, con una historia bien planteada, con personajes interesantes y con una ambientación y documentación muy bien trabajadas. La parte que se desarrolla en la actualidad, sin embargo, es la más light y menos interesante.

Amor, odio, venganza, amenazas, intereses ocultos y giros inesperados son ingredientes que hacen de La tabla esmeralda una novela recomendable para su lectura. Una historia, sin duda, adictiva que consigue atraparnos hasta el final, un final vertiginoso que no desmerece las páginas anteriores.

¿Existirá El Astrólogo?
¿Lo encontrarán?


La autora:

Carla Montero (Madrid, 1973) es licenciada en Derecho y Diplomada en Administración de Empresas. Su gran afición siempre ha sido escribir. Su primera novela publicada fue Una Dama en juego, con la que ganó el premio Círculo de Lectores de Novela 2009.  Esta novela comienza en las navidades de 1913, cuando Isabel de Alsasúa es acogida por su tía en el castillo de Brunstriech. Se encuentra en medio de una intriga política tras la que se esconde una secta que quiere sembrar la destrucción. De esta novela ha vendido más de 40.000 ejemplares hasta la fecha. La tabla esmeralda es su segunda novela.
 
Bueno, leerla y a ver que opinais

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